viernes, 2 de diciembre de 2011

Sábado 2º de Adviento

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiástico 48,1-4.9-11

Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido.
Les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con el oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces el fuego.
¡Qué terrible eras, Elías!; ¿quién se te compara en gloria?
Un torbellino te arrebató a la altura; tropeles de fuego, hacia el cielo.
Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel.
Dichoso quien te vea antes de morir, y más dichoso tú que vives.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL  Sal 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19

R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece;
despierta tu poder
y ven a salvarnos. R.

Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate;
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa. R.

Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti: danos vida,
para que invoquemos tu nombre. R.


EVANGELIO




Lectura del santo evangelio según san Mateo 17, 10-13

Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús:
- «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?»
Él les contestó:
- «Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos.»
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.

Palabra del Señor.


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