¡Oh bendita entre todas las mujeres, que vences en
pureza a los ángeles, que superas a los santos en piedad! Mi espíritu moribundo
aspira a una mirada de tu gran benignidad, pero se avergüenza al espectro de
tan hermoso brillo. ¡Oh Señora mía!, yo quisiera suplicarte que, por una mirada
de tu misericordia, curases las llagas y úlceras de mis pecados; pero estoy
confuso ante ti a causa de su infección y suciedad. Tengo vergüenza, ¡oh Señora
mía!, de mostrarme a ti en mis impurezas tan horribles, por temor de que tú a
tu vez tengas horror de mí a causa de ellas, y sin embargo, yo no puedo,
desgraciado de mí, ser visto sin ellas.
San Anselmo
Doctor de la Iglesia. 1033-1109
Doctor de la Iglesia. 1033-1109
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